viernes, 17 de diciembre de 2010

Y colorín colorado...


Como todo aquello que comienza, algún día tendrá que acabar, y es el momento de este blog.

No me gustaría decir adiós, sino un hasta pronto, ya que todo lo aprendido, dudado y observado va a ser conservado de una forma distinta de la que se puede almacenar la información vacía que puedes obtener de otros conocimientos.

Es cierto que tenía una perspectiva de la vida de los emigrantes que no difiere de la que he tenido al final de este trabajo, pero si que ha conseguido que sea mas consciente y recapacite, que las imágenes y relatos de estas personas te llegan tan hondo que se quedan marcados mejor que cualquier tema didáctico.

Probablemente no sentiré nunca el dolor de aquellas personas que se han visto obligadas a abandonar su tierra para buscar un futuro mejor, abandonan sus familias, su pasado y posiblemente también sus sueños. Pero como futura enfermera y sobre todo como persona, intentaré ayudar a soportar sus cargas, o al menos, mirarles a los ojos y sonreírles tiernamente para arrancarles un tímido brillo en sus miradas.
Ya que según dijo aquel anónimo:

"Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás."

Solo que en estos casos, no se trata de que no sepan sonreír, sino que simplemente se les ha olvidado.

Quizás la forma mas cruel de hacer sufrir a una persona sea arrancarle sus sueños mientras le dejas un pequeño recuerdo de éste y así mantener una herida abierta que seguirá sangrando durante mucho tiempo, a veces, para toda la vida.

Mujeres que quizás soñaban con ser bailarinas, o simplemente poseer una familia feliz y unida e incluso su sueño podría ser llegar a trabajar como enfermeras.
Todo ello se transforma en caras de absoluto cansancio, tristeza, soledad y desamparo que observo en los vagones del metro, e incluso en esquinas de las calles de Madrid.

Pero lo peor llega cuando oyes algún tipo de comentario que proviene de algún ignorante con un odio irracional hacia otras culturas y países. Entonces es cuando sientes que el esfuerzo y sufrimiento de todas esas personas queda silenciado por un puñado de palabras.
La intolerancia de individuos hacia otros que son “diferentes” provoca en nuestra sociedad un asfixiante pensamiento cerrado que levanta imponentes muros sin darnos cuenta de que nos quedamos atrapados entre ellos.

Desgraciadamente todo seguirá igual mientras que el color de piel sea más importante que el de los ojos.

No querría despedirme sin hacer una mínima mención al respeto y admiración que he llegado a sentir al volcarme un poco más en este tema.
Especialmente dar las gracias a estas personas y a todas aquellas que las apoyan, que hacen creer que aunque todo parezca difícil, doloroso e incluso imposible, siempre debes caminar hacia delante con una voluntad inquebrantable y no darte nunca por vencido.

Todos debemos de conseguir que ese sacrificio que han llevado a cabo consiga mantener una tenue luz inagotable que les siga dando fuerzas y esperanzas.

Al igual que la luna es capaz de mantener su luz en la impenetrable oscuridad de la noche haciendo que todo a su alrededor parezca más hermoso.



¡Hasta siempre!

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