Una joven se encontraba a una gran distancia de su hogar, ya que habia sido empujada a dejar el campo para conseguir algo de dinero, lo que fuese para eliminar los llantos de hambre de sus hermanos.
Fue duro tener que adaptarse a la gran ciudad en la que se encontraba.Inmensa jungla sin brujula ni mapa,sin ayuda y con gran impotencia pero con esperanza y fuerza de voluntad.
Se sentia sola,ya que parecía que nadie la entendia,nadie la ayudaba,incluso apartaban sus miradas cuando ella intentaba pedir un poco de ayuda.Dia a dia su expresión se iba endureciendo,estaba más triste y más cansada,ya que poco a poco sus fuerzas menguaban,seguramente por falta de ánimo,de apoyo,por la añoranza de alguien a su lado.
Un día, sentada en un banco al atardecer,al borde de tirar la toalla,se dió cuenta de lo que nunca la abandonó ni un segundo,que desde nació no se apartó de ella,que siempre estaba a su lado...su sombra.
Su expresión cambió,lo que siempre la ayudaría,era ella misma.Ella podría hacer todo lo que se propusiese,sin importar lo que pasara,mientras que siguiera con fuerzas y nunca desistiera.
Con una nueva vitalidad se dispuso a acabar lo que habia empezado.Sus ganas de trabajar y de ayudar eran tan grandes que los contratistas quedaban impresionados y enseguida le ofrecian trabajo.
El final de este cuento os lo dejo a vuestra imaginación...aunque no creo que sea muy diferente del mio.